La IV Escuela de Educación para la Sostenibilidad 2030 convirtió el palacio Miramar de Donostia en una expedición educativa colectiva

El Palacio Miramar acogió los pasados días 3 y 4 de julio una nueva edición de la Escuela de Educación para la Sostenibilidad 2030, impulsada por Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, en el marco de los Cursos de Verano de la UPV/EHU y el Donostia Sustainability Forum.

Más allá de un curso al uso, la propuesta se presentó como una expedición educativa, un recorrido colectivo que invitó a profesionales de la educación ambiental a moverse, literalmente, fuera del mapa. Durante dos días, los participantes exploraron nuevas formas de acompañar la transformación social y ambiental desde una perspectiva creativa, colaborativa y profundamente humana.

Una travesía por tres territorios inexplorados

Con una cuidada ambientación simbólica (pasaportes, mapas, mochilas, cuerdas, música…), la Escuela propuso un itinerario dividido en tres grandes territorios temáticos:

  • La tierra de las preguntas vivas, dedicada a repensar los temas, lenguajes y metodologías que conforman la educación ambiental actual.
  • La frontera de los mundos conectados, que abordó los retos y oportunidades que plantea la digitalización en clave educativa.
  • El horizonte de lo imaginable, donde se dio espacio a la construcción de utopías sostenibles como motor de esperanza y cambio colectivo.

Cada territorio fue presentado por un/a guía de expedición y acompañado de una misión práctica que puso a prueba la creatividad, la capacidad de análisis y el trabajo en equipo. Dinámicas participativas, retos colaborativos, ponencias inspiradoras y muchos momentos compartidos marcaron el ritmo de una experiencia que combinó aprendizaje, sentido crítico y buen humor.

Una comunidad valiente que se atrevió a explorar

Ainhoa Díez de Salazar, responsable de la Red Ekoetxea, abrió el encuentro lanzando una invitación clara: mirar más allá de lo conocido y asumir el riesgo de desaprender. Le acompañó en la bienvenida Xabier González, director del Área de Residuos y Suelos de Ihobe

A lo largo de las dos jornadas que duró el encuentro, personas referentes como Serafín Huertas, Edurne Otxoa, Daniel Rodrigo-Cano e Irene Baños aportaron experiencia, mirada crítica y herramientas para transformar la educación ambiental desde dentro. Las sesiones se acompañaron de dinámicas como el «saco de los prejuicios», el diseño colectivo de una «mochila ideal» de educadora ambiental, y misiones de exploración llenas de imaginación aplicada.

Las personas participantes en cada uno de los territorios fueron recogiendo las principales claves para “hackear” la educación ambiental. El punto de llegada de esta expedición, que sirvió como cierre del curso, puso en valor la importancia del paso a la acción. Un mapa final de la expedición, elaborado de forma colectiva, recogió los hitos que ahora pueden servir de guía para nuevas iniciativas en distintos contextos, ideando acciones concretas para poner en práctica en su día a día como agentes del cambio.

Esto no acaba aquí

La IV Escuela de Educación para la Sostenibilidad 2030 ha dejado claro que otra forma de aprender, de educar y de pensar en común es posible. Una forma más abierta, flexible y creativa. El espíritu de la expedición no terminó el 4 de julio: sigue caminando en cada persona que participó, en cada proyecto que recoja lo sembrado, y en cada conversación que vuelva a encender la chispa.

Desde Ekoetxea agradecemos profundamente la implicación, la generosidad y la valentía de todas las personas participantes. Nos reencontraremos en nuevas rutas. 

Hasta entonces, ¡seguiremos explorando!

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